martes, 19 de noviembre de 2013

CARTA A LOS LIBRES PENSADORES DE LA MASA VERDE, AMIGOS, COLEGAS, CONTACTOS EN FACEBOOK Y CIUDADANOS EN GENERAL. (19.11.2013).


Mi sobrinas Vanessa y Erika Pastrana con su padre y mi hermano César Pastrana.



Mis sobrinas Vanessa y Erika Pastrana con su abuelo y mi padre Lino Pastrana.



Mi padre Lino Pastrana con su nieta Gloria Pastrana y su tío César Pastrana.





Celso Pastrana con su hija Gloria Pastrana (Estocolmo-Suecia)



Mi madre Regina Neyra y su hijo Celso Pastrana en Estocolmo-Suecia 1989.



Mi madre Regina Neyra y su hijo Celso Pastrana en Estocolmo-Suecia 1989.


Mi madre Regina Neyra y su hijo Celso Pastrana en Lima-Perú (Octubre de 2004 presentación del libro "Policía Rebelde")




Denuncia de César Pastrana, contra José Pastrana "el biológico" (2013)




Todo tiene un límite. No he querido responder a comentarios sobre mi persona que han circulado y siguen circulando en las redes sociales -Facebook- y en algún pasquín de una organización llamada Fenapol. Me llaman traidor, mata guardias, terrorista, que mis padres me pidieron que me quite los apellidos en una carta notarial, que escribí una carta rindiendo homenaje a Néstor Cerpa y últimamente, a raíz de la muerte de mi señor padre Lino Pastrana, que he querido complotar con matones para sacar de su vivienda a mi señora madre. Todo tiene un límite.

Este tipo, José Pastrana –hermano biológico- o José Camargo,  quien es el mismo, no tiene agallas para denunciarme penalmente. ¿No sabe que a un terrorista se le denuncia? El “biológico” y compañía, desde que publiqué mi libro “Policía Rebelde”, no saben qué hacer para difamarme, calumniarme, mentir una y otra vez. No voy a tocar el tema de la familia del “biológico” y lo que hizo en Suecia, -tarde o temprano se sabrá- tampoco de la familia de sus compinches; me enfrento a ellos, no a sus familias y mucho menos usaría a sus padres. Hay que ser COBARDE E INDIGNO para usar a las familias o a los padres contra alguien a quien se le considera enemigo, sea por el motivo que sea.
Empezaré por lo que sostiene en Facebook José Camargo o José Pastrana, es lo mismo. Le escribió a Ricardo Franco de la Cuba afirmando que le envié mi libro “Policía Rebelde” con dedicatoria revolucionaria a Polay Campos a la Base Naval y que la DIRCOTE tiene mis antecedentes. Y tratando de intimidar a Ricardo Franco, le dice:
¿Qué pensaría el Comando Naval si ve tu foto al lado de este terruco?
COBARDE, si tiene pruebas, ¿Por qué no hace la denuncia?

Jamás le envié un libro a Polay Campos y mucho menos se lo dediqué. ¿Por qué no me detiene la DIRCOTE, si como usted afirma soy terrorista?
Por otra parte, el libro “Policía Rebelde” está documentado, no invento nada y ante tanta mentira he decidido publicar por primera vez la trascripción completa  y los documentos del interrogatorio que se le hizo a José Pastrana “el biológico”, donde queda demostrada la TRAICIÓN A NUESTRA LUCHA. ¿Quién es el traidor y farsante?

José Camargo o José Pastrana, es lo mismo. Sostiene que visitó a mi madre y que confirmó la autenticidad de la carta notarial que escribieron mis padres. QUÉ CINISMO. Esa carta la escribió José Pastrana y compañía e hicieron firmar a mis padres. ¿Por qué firmaron mis padres?
Esa respuesta de seguro la tienen mis hermanos: César Pastrana -el único hermano que vivió con mi padre hasta el final de sus días- Rosa Pastrana, Hugo Pastrana, Luis de Almeida, mis  sobrinas que estuvieron cerca de mi padre en los últimos años, mi hija Gloria Pastrana que en el año 2008 visitara a mi padre y conversara respecto a esa carta, incluso un gran amigo que es prácticamente mi hermano y siempre ha atendido a mis padres en todo lo que ha podido, Jorge Revolledo Chávez. Son ellos los más indicados para escribir qué hubo detrás de esta carta.

Por otra parte, todo lo que sostiene esa carta escrita por José Pastrana, el “biológico”, es mentira. Jamás me ayudó en nada, todo lo contrario, yo lo saqué del país y llevé a Suecia –todavía no sabía de la traición-, coordiné con amigos y conocidos para sacar la documentación falsa, estuvo escondido en casa de un amigo, César Cores, salió rumbo a Ecuador y estuvo en casa de mis amigos ecuatorianos de apellido Chiriboga. Pagué su pasaje con mi trabajo y lo apoyé en Suecia en todo lo necesario. ¿Que no me he preocupado por mi madre? A finales de 1989 me puse de acuerdo con el “biológico” para que mi madre viajara a Suecia en el mes de diciembre; faltando poco tiempo para pagar los pasajes, me dijo que no lo haría por que primero estaban su mujer e hija, y las sacó primero a ellas a pesar de su promesa; estaba en todo su derecho. Yo saqué a mi madre y pasé días hermosos con ella en Estocolmo. ¿Quién es el que no se preocupó de su madre?

¿Que no he apoyado a mis padres? Lástima me da José Pastrana o (lo mismo) José Camargo. Todos los meses y puntualmente, enviábamos  dinero, yo y mi hermano Hugo Pastrana por diferentes medios. Jorge Revolledo y otra persona más recibían el dinero y lo entregaban a mis padres, incluso alguna vez enviamos dinero a mis padres a través de mi hermano César Pastrana. Por presión del “biológico” mis padres empiezan a distanciarse de sus hijos; Hugo Pastrana, Celso Pastrana y Rosa Pastrana –a mi hermana la llamaban solo cuando la necesitaban-.

La última vez que hablé por teléfono con mi padre fue en 2012 a raíz de un problema que surgió con mi hermano César Pastrana, me solicitó que lo apoyara y así lo hice. En esa ocasión empezó a hablar de la carta que firmó y que escribió el “biológico” con asesoramiento de Oscar Pedraza y que este último siempre iba a la casa. Le pedí que no siguiera, porque no quería escuchar nada de ese asunto, y no me arrepiento de haberlo hecho: no quise escuchar a mi padre pedirme perdón.
El “biológico” y compañía han dicho barbaridad tras barbaridad, incluso han tratado de desvirtuar mi trabajo profesional como Sargento de la Guardia Civil, ninguno de estos sinvergüenzas tuvo jamás los meritos que yo alcancé en la Benemérita. Han llegado a sostener que abandoné a mi hija. No, y mil veces no. Sacrifiqué a mi hija luchando por los demás y, cuando mi hija se hizo mayor, le pedí perdón por el sacrificio que hice. Jamás la abandoné. ¿Pero qué saben estos tipos de sacrificios?

La carroña, siempre será carroña. Es lo que son estos tipos que se refugian en la llamada Fenapol y han hecho de su vida una mentira permanente. Y como dice el refrán: “miente, miente, que algo queda”.

No voy a mentir, no sirvo para tirar la piedra y esconder la mano, eso lo hacen tipos como José Pastrana (o José Camargo), Juan Cueva, Caro Valera, Oscar Pedraza y Régulo Peña. En el año 1989 y 1990 entré dos veces clandestino al país y no sabía de la traición hasta ese entonces. Juan Cueva y Caro Valera sacaron un comunicado del Sindicato Clandestino de Policías Peruanos (La Triple P) en 1989 diciendo que eran marxistas, maoístas y se alineaban con el “Pensamiento Gonzalo”. Discutí fuertemente con ellos y se desmintió ese comunicado. No creo que lo reconozcan, son cobardes. Yo si reconozco lo que hago y escribo, tengo la fuerza, el coraje y convicción de decir lo que pienso y me refiero a la carta que escribí a un amigo de la niñez, Néstor Cerpa Cartollini. YO LA ESCRIBÍ, ¿cuál es el problema? ¿Me hace terrorista? Hay que ser un gran ignorante para sostener que soy terrorista por escribir esa carta, de la cual no me arrepiento. Y quien sostenga que soy terrorista por eso, se puede ir para el CARAJO. Nunca pertenecí al MRTA, si hubiese sido así, hoy estaría muerto o encarcelado. Jamás milité en partido ilegal o legal alguno, siempre fui un LIBRE PENSADOR, he sido y soy un militante de la vida, de la solidaridad, de lo justo, de lo humano. Mi principal enemigo en la década de los noventa fue la dictadura de Fujimori, Montesinos y el terrorismo, no importando de donde viniera: de la dictadura, de Sendero Luminoso o del MRTA. He combatido a todos, y mis colegas más cercanos, quienes trabajaron conmigo en la década de los ochenta, lo saben muy bien. He respetado las ideas del enemigo cuando ha dado la cara; jamás respeté a quienes tiraron la piedra y escondieron la mano. Respeté a quienes liberaron a mis colegas, pudiendo haberlos ejecutado. Mis ideas fueron distintas a las de Néstor Cerpa, fue mi amigo de la niñez y cada uno hizo su camino. Las ideas no se matan.

Si el movimiento institucional del general Salinas Sedó no hubiese sido traicionado, el enfrentamiento hubiese sido inevitable. ¿Alguien puede sostener en su sano juicio que el levantamiento armado de un sector de uniformados contra la mafia de Fujimori y Montesinos, hubiese sido pacífico, sin muertos, sin heridos, sin violencia, sin actos de terror o lo mismo es decir terrorismo? Nadie. Revisen la historia, la violencia y el terror ha sido y en algunos lugares sigue siendo parte de la vida de todos los pueblos. Lo importante es lograr un equilibrio y desterrar para siempre la violencia, el terrorismo y tantas lacras más. Solo será posible desterrando la miseria, el hambre, la injusticia.

El “biológico” o lo mismo es José Camargo; sostiene que al fallecer mi padre intenté “violentar los derechos de mi madre complotando con matones para sacarla de su vivienda”. Qué descarado, cínico y miserable es este tipo, que hoy nuevamente vuelve a usar a mi madre para sus propósitos, obligándola a presentar una denuncia contra mí hermano César Pastrana por agresión y por apropiarse de una pequeña casa. Yo, recién pude viajar al Perú en octubre de 2013 y enterarme por hermanos y sobrinas de lo sucedido.

Mi padre fallece el día 15 de febrero a las 17:35 horas en el hospital Rebagliatti, de un infarto cardiaco. Me enteré -en Barcelona- de su fallecimiento muy tarde. El biológico había ocultado lo más que pudo la muerte de mi padre. En octubre estuve en Lima y pregunté a mi hermano César Pastrana si sabía quién había sido el último en estar con mi padre. Me respondió que un amigo tenía a un familiar ingresado en ese tiempo y casi junto a mi padre, escuchó una fuerte discusión el día 15 de febrero, aproximadamente al medio día, entre el “biológico” y mi padre. Por la tarde mi padre tuvo un infarto y falleció. Al día siguiente, 16 de febrero por la mañana, José Pastrana, Juan Cueva, un tal Huapaya, entre otros matones, con arma de fuego –revólver- y un bate de béisbol “asaltaron” la casa –Manuel Candamo, número 755, Lince- donde vivía mi padre con mi hermano César Pastrana. Él era el único de la familia que vivía con mi padre desde hacía varios años y, a pesar de las diferencias y discusiones, seguían viviendo juntos. Cada vez que mi padre enfermaba, César lo llevaba al hospital y así está registrado en la hoja clínica de mi padre. El objetivo, echar a la calle a César Pastrana. Lo agredieron de la forma más salvaje con el bate; José Pastrana fue quien le propinó los golpes a diestra y siniestra, mientras otro apuntaba con el arma de fuego en la cabeza a mi hermano César Pastrana, que finalmente fue echado desnudo a la calle con múltiples contusiones. César Pastrana ha denunciado a José Pastrana “el biológico” en el Sexto Juzgado Penal de Lima –Corte Superior de Justicia-.

¿Quién es el matón, cobarde, sinvergüenza y delincuente?

Mis padres se separaron en el año 2001 y mi madre Regina Neyra Banda se fue a vivir a la vivienda situada en la Avenida Prolongación Iquitos No. 1783, Lince – casa que hoy está a nombre de los hijos del “biológico”-. Mi madre, desde el año 2001, no vive en la casa donde vivía mi padre con mi hermano César Pastrana. Sin embargo, el “biológico” hace que mi madre mienta y denuncie a mi hermano César Pastrana por agresión, y manifieste que su hijo José Pastrana (“biológico”) la defendió al llegar a la casa situada en Manuel Candamo.  Qué cinismo.
Mi madre jamás fue agredida, tampoco vivía en la casa, todo es un montaje de José Pastrana y compañía. Incluso amenazó a mis sobrinas con represalias –hijas de César Pastrana- si se atrevían a denunciarlo, mostrando una tarjeta de presentación del Ministro del Interior Wilfredo Pedraza. Qué cobardía.
El “biológico” viajó a Estocolmo-Suecia, lugar donde radica. Dejó a mi madre en la casa donde vivía mi padre y la casa que tiene a nombre de sus hijos, la ha alquilado. Los vecinos del barrio, hermanos, sobrinas, son testigos de que mi madre no fue agredida por César Pastrana y que desde el 2001 no vivía en aquel domicilio.
Podría tocar otros temas que tienen relación con “el biológico”, como   los ordenadores portátiles que intentó ingresar sin declarar y fueron decomisados en la Aduana del Callao o el tráfico de personas al que se dedicó por mucho tiempo, incluso de menores, y que tarde o temprano saldrá a la luz.

Esta carta está acompañada de material fotográfico y de un documento, anteriormente publiqué el interrogatorio de José Pastrana en 1993, donde queda clara la TRAICIÓN a la huelga policial de mayo de 1987. Gracias por leer, compartir, comprender y opinar. En especial, gracias a mis amigos y los LIBRES PENSADORES DE LA MASA VERDE.


Celso Pastrana
Sargento de la Benemérita Guardia Civil del Perú


   

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